

Soy Niza Puerto Paredes. Aunque nací en la blanca Mérida, tengo más de 40 años viviendo en Cancún y los que me conocen saben que mi mayor pasión es ayudar a mi gente.
“¡Ánimo Raza, mueva el trasero!”, es mi frase matutina.
Desfachatada, de libre pensamiento, sin pelos en la lengua, mal hablada, amante de la vida, la familia, la amistad, la justicia, la lealtad y la verdad, periodista por convicción, tuitera de
corazón.
Directora general de La Casa del Jabonero, digo las cosas de frente, aunque duelan, ¡ouch!
Soy conocida por ser trabajadora e incansable, sincera, honesta, directa, educada con valores, amiga de verdad, mujer con pasión, promotora del deporte, amante del baseball y de la danza árabe.
Ex jefa de prensa de Mario Villanueva Madrid, excandidata de
la coalición “Juntos Haremos Historia” para el Distrito 3, asesora de política e imagen.



“No hay nada más poderoso que la verdad. Es innegable y siempre debe ser apreciada. La verdad te da libertad ilimitada para ser quien eres y expresar cómo te sientes. La verdad te ofrece paz mental que es lo más importante hoy en día. No olvides. El mentiroso no cambia. El que promete y miente es peor”.
“Mis verdaderos diamantes, joyas preciosas, Dios, mi familia, mis amigos, la cosa más hermosa que tengo, la que me hace multimillonaria y me llena de amor”.
“La seguridad no proviene del dinero sino del conocimiento. La prosperidad proviene de lo que tú eres, no lo que tienes”.
“Agradecer, agradecer, a muchos les urge que Don Dinero se mueva, valiéndole madre que mueran los que se exponen por necesidad. Pobre país. ¡Fe!”.
“Lo que está pasando nos está probando a nosotros mismos, para conocerlos mejor y cambiar para bien pensando en los demás, no debemos olvidar nunca que: todos necesitamos de todos. ¡Quédate en casa!”.
“Para los momentos que vivimos ¡vibrar muy alto! Reza. Hay miles de documentos que comprueban el valor de orar sin importar la religión que se profese. Lo que importa es el deseo profundo de conectar con Dios. Ánimo”.
“Tardé tiempo, pero aprendí a defenderme. Antes me quedaba callada cuando debía hablar y abría la boca justo cuando no debía. He aprendido prudencia, pero también me he sazonado en el empeño de tomar las batallas que de antemano sé que puedo tomar”


























